Perdida (Libre)

Definitivamente... me perdí en esta ciudad... me pasa por salir sola sin conocer nada aquí, además creo que me voy perdiendo más a cada paso que doy... todavía no puedo recordar por donde estaba la casa nueva, pero es seguro que no está por aquí... Esta anocheciendo y empezando a correr un viento helado, además de que por estos callejones, porque ni siquiera son calles, la luz no anda muy bien que digamos y apenas si puedo ver 2 metros delante de mis propias narices... No puedo comprender cómo me metí por aquí, pero lo que más quiero, en este momento, es salir... Está tan solitario que me está empezando a dar miedo... El viento murmulla a mi oído como si fuera pasos y movimientos de algo en la oscuridad... yo tan solo, cerré los ojos, me abracé, del frío, y seguí caminando... se escuchaban pasos aterciopelados y silenciosos, caminando hacia mí... abrí los ojos para ver a un pequeño gatito, lo tomé en mis brazos y le hablé:
-Ah, ¿Viniste a hacerme compañía, gatito? Que bien, porque, siendo sincera, estar tan sola ya me da miedo.
De pronto el gatito, que era de color negro, saltó de mis brazos y salió corriendo:
-Hey, ven aquí, pequeño gatito.
Cuando choqué con alguien, aunque era como si hubiera chocado con una muralla, caí al suelo, pero me levanté inmediatamente y incliné mi cabeza, pidiendo perdón desesperadamente:
-¡Gomen!, no estaba viendo el camino, por favor, perdóneme.

[¿Se puede? sino dime y eliminó el post]

Oscura noche, el silencio, la oscuridad perturbante ante las criaturas que no tuvieran el valor o la naturalidad de estar en ella, y la rubia, por alguna razón, se sentía muy tranquila e incluso agusto, cosa rara por que en su tierra natal jamás le habían dicho que podía sentirse tan bien el estar en un ambiente tétrico y sombrío, pero no importaba ya, ni mucho menos tenía que pensar en aquel lugar, donde simplemente le tenían casí como si fuera una muñeca a lucir, sentadita en el trono y listo, con eso bastaba para que la chica fuera supuestamente una gobernante.

Recién había salido de su tierra, importándole poco si a Gingerman le venía interesando o no, ella se había salido de su tierra y tomado dirección al mundo humano.

Penumbras, era de noche seguramente en donde los humanos vivían, y la niña aquella, rubia, iba sentada como si nada sobre aquel transporte, un báculo con similitud a una paleta pero de buenas dimensiones, pues el caramelo aquel simulaba un tamaño dimensional similar al de la rubia, cuya mirada fría estaba postrada en las criaturas que veía desde las alturas, poco interesantes a su parecer, lo que más quería saber era sobre el mundo de los humanos, no sobre ningún humano especificamente, sin contar que bien conocía que se decía los humanos convivían con criaturas extrañas y de variables aptitudes así como habilidades distintas y quizás únicas, quizás no, todo lo vería con su tiempo debidamente, descendió por donde un callejón que supuestamente estaba solitario, pues no había sentido aroma humano ni nada, sino simplemente la pestilencia común de un callejón, incluso vio un gato salir corriendo apenas aterrizó la pequeña niña que aparentaba unos 15 años, ni siquiera joven, sino ''puberta'' como bien podría ser definida. Miró al gato alejarse, siguiéndolo con la mirada rosada pero inexpresiva y carente de brillo de vida, un Demonio es una criatura que no tiene vida, por ende, ella no poseía el brillo común de la mirada de las criaturas que disfrutan de tener una vida como tal. Un choque de alguien contra ella le hizo llevar la mirada nuevamente a donde el interior del callejón notando que no estaba tan solitario como antes creeyó, una muchacha mucho mayor que la Demonio en aspecto almenos era quien estaba en el callejón aquel. La niña rubia se sacudió las ropas, una especie de vestidito micro, extremadamente corto, apenas cubría un poco más abajo de la entrepierna, media de un tono púrpura, calzado negro de escolar, el vestidito rosa con detalles que la harían parecer una pequeña niña Gothic, y quizás algo Loli, con el báculo aquel de dimensión similar a la propia. Miró a la mujer, sacudiéndo sus ropas con una mano.

¿Este es el recibimiento que suelen dar a sus visitantes, terráqueos?...

Miró para donde se había ido el gato, el cual se había detenido a observar como si nada sentado ahí, se volteó para poder inclinarse y ofrecer su mano al felino, cual se acercó inicialmente curioso para culminar mordiendo la mano de la niña, ni siquiera se quejó,solo miró su mano, el ver la sangre de la herida en su índice que fue mordido por el animal.Miró hacía por sobre su hombro a donde la mujer.

Ya veo que si...

Se paró tranquila, lamió su índice para verse como la herida se cerraba de la nada, y de paso limpiaba su mano de sangre de la misma, giró su cuerpo para observar a donde la criatura aquella, pues humana no era, así que solo definirla como criatura podía, eso o llamarla simplemente mujer, cualquiera de las dos.

Hola...

Musitó hacía la mujer.

[Claro que se puede! Es libre ^^]
Había chocado con una chica que parecía una chica Gothic Lolita, pero al parecer tenía mucho más interés en el gato que en cualquier otra cosa, y, lo más extraño es que su reacción a mi disculpa fue muy fría, y, mientras sacudía sus ropas, me dirigió una mirada, que me hizo tener algo de escalofríos por su frialdad y me dijo:
-¿Este es el recibimiento que suelen dar a sus visitantes, terráqueos?...
-¿Qué quieres decir con terráqueos? Tú... también eres de la tierra, ¿no es así?
La chica no me respondió nada más, sino que dirigió su mirada al gato y se encaminó hacia él, cuando ya estaba lo suficientemente cerca, extendió su mano para acariciarlo, pero el gato la mordió, haciendo que la herida en su mano, exactamente en el índice, sangrara, pero ella no hizo ningún gesto de dolor, se volvió hacia mí y dijo:
-Ya veo que sí...
Yo sólo me quedé allí, parada, estaba como congelada, estaba sorprendida de que la chica no hiciera nada... La mayoría de las chicas como ella que yo conozco, o hubiera llorado o gritado o, por lo menos, haber hecho algún gesto que indicara que le dolía, pero ella no hizo nada... Muy pronto reaccioné e iba a dirigirme hacia ella para ayudarla, pues llevaba mi pequeño bolso amarrado a la cintura, donde traía vendas, pero antes de que yo pudiera siquiera moverme, ella había lamido su índice y la herida se había cerrado de golpe, limpió la sangre de su mano y se volvió hacia mí, musitándome un sonoro "Hola", al que sólo atiné a responder:
-A-ah.... Hola.... Mi nombre es Miki Koishikawa.... un...placer conocerte....
Al decir esto incliné mi cabeza frente a ella, y, en cuanto terminé, me puse a inspeccionar a la chica, tratando de encontrar algo inusual en ella que me delatara lo que era... pues, definitivamente humana no era, ¿Qué humano podría hacer lo que había hecho ella hace tan solo unos segundos atrás? Ninguno, además el ser inmune al dolor, tampoco ningún humano podría hacer eso...
Al no encontrar nada fuera de lo común en su aspecto, me decidí a preguntarle, aunque estaba algo asustada, estaba mucho más sorprendida... Avancé hasta quedar frente a ella... Éramos casi de la misma estatura, lo que me decía que debía tener mi edad...
-¿No te molesta que pregunte, verdad?... ¿Qué eres tú, exactamente?

Bueno, por lo menos sabía el nombre de la chica... Ginger... sonaba un poco extranjero, pero la verdad, me he encontrado con tantos nombres raros, que ya no juzgo nada, después de hacer mi pregunta, ella me miró fijamente, con los brazos cruzados sobre su pecho, por un momento pensé que la pregunta le había molestado, pero, al no tener ninguna expresión en su rostro, no podía comprobarlo, hasta que al fin musitó, siempre con un tono algo neutro al hablar:
-Habitante de Sugar Bits...tierra encontrada en otro plano dimensional...soy quien reina ese lugar...al mando de los ángeles de azúcar, aunque yo no soy un ángel...
Vaya... otro plano dimensional... tal vez la gente alla era como ella... pero decía que no era un ángel... Pronto se fue hacia la pared de aquel callejón, la tocó, sumamente interesada, o por lo menos eso creí, como si en su plano dimensional no hubieran paredes así... Pero que estúpida soy... ¿Cómo podrían haber paredes así, si proviene de una tierra de ángeles de azúcar? Probablemente todo allí estuviera hecho de caramelos, azúcar y chocolate o cosas dulces... entonces ella me miró por sobre su hombro al poner las manos en la pared...
-Soy un Demonio...vine por que me enteré recién de este mundo y simplemente quiero conocer...veo que es muy diferente a mi mundo....
Un demonio... sólo recién me di cuenta de que estaba tan inmersa en mis pensamientos, que no había dicho nada hasta el momento, pero realmente no era necesario decir nada... luego de esto, le dije a la chica de ojos color rosa:
-Bueno... creo que elegiste una parte mala para empezar, por estos callejones es por donde deben transitar drogadictos, traficantes, ladrones y toda esa clase de gente.
Hice una pausa en la cual miré alrededor y me di cuenta de lo oscuro que estaba y lo preocupada que estaría mamá Kaede por mí, pero de golpe se fue toda mi preocupación y dije, tranquilamente:
-Yo solo supongo... No conozco muy bien esta ciudad, porque soy nueva, pero te digo que debes andar, por lo menos, con un poco de cuidado por este mundo...
Seguí mirando el cielo, que se había tornado mucho más oscuro, entrada ya la noche... probablemente serían las 10 u 11 de la noche... Pronto bajé la mirada a Ginger y le comenté:
-He vivido lo bastante para darme cuenta de muchas cosas, por ejemplo, lo primero: las apariencias engañan, basta con solo ver nuestros ejemplos: Cualquiera diría que tú eres una chica adolescente normal, pero eres un demonio, y cualquiera diría que yo soy perfectamente una humana normal, hasta yo misma lo creía, pero soy una mestiza, hija de una ninfa...
Luego me acerqué a Ginger, vi que el gato negro, callejero de antes, estaba allí, iba a acercarse a nosotras pero yo le espanté, me dirigí a Ginger y le comenté:
-Lo segundo: nunca se es demasiado desconfiado de las personas, animales o cosas, el gato tiene el ejemplo, aunque es solo instinto: lo han tratado tan mal en su vida, que pronto perdió la confianza en toda persona, está a la defensiva, por si esta persona resulta golpearle también... pero, por mi parte, esa regla se debe tomar con moderación, tampoco puedes estar a la defensiva todos los momentos y vivir solitaria, porque eso no es vida.

La chica demonio, es decir, Ginger, se dirigió caminando hacia mí, todavía sin expresar la más mínima emoción en su rostro, me miró con sus ojos color rosado neutro y me preguntó, mientras me miraba fijamente:
-¿Puedo quedarme contigo en lo que logro establecerme?...ahora que recuerdo no tengo un hogar en este mundo por que no sabía que existía hasta hace poco...no ocupo mucho espacio,e intentaré no molestarte si no quieres...o almenos dime como y dónde puedo conseguir un sitio en el cual quedarme....
La chica parecía tranquila, mientras decía todo esto, sin dejar de mirarme fijamente, yo me asombré un momento, pues... es tan solo que era demasiado diferente de las reacciones a las que estaba acostumbrada, pero pronto tuve que salir de mi asombro, pues, recordé lo tarde que se había hecho, además de que no podía impresionarme, después de todo, ella era una demonio, sus reacciones debían ser diferentes...
Fijé mis ojos al cielo oscuro, ya lleno de estrellas y a la neblina que estaba acompañando al helado viento aquella noche, después de hacer esto, volví a fijar mis ojos en la chica demonio y le contesté, algo incómoda por pensar en lo que pasaría si llegaba a esta hora a casa...:
-Supongo que no hay problema de que te quedes conmigo si mamá Kaede me lo permite... Diremos que eres una compañera de instituto, que tus padres se fueron de viaje y te dejaron acá y se les olvidaron las llaves, o inventemos algo... No creo que le hará bien a Kaede si descubre que eres un demonio... Ni siquiera sabe que yo soy mestiza, creo que le daría un infarto o algo así...Empecé a caminar, haciendo señas a Ginger de que me siguiera, para, por lo menos tratar de salir de esos callejones, mientras caminaba le decía:
-Primero, debemos salir de estos callejones y encontrar mi casa, porque, para serte franca, no conozco estas partes y estoy totalmente perdida...
No sé, pero había algo en esta chica que me hacía confiar en ella, aunque sus palabras eran inexpresivas, no se habían vuelto insultos, por lo menos, y algo me decía que tal vez podríamos ser buenas amigas...